Una de las escenas inolvidables que regaló el cine fue protagonizada por un joven Mickey Rourke que alimentaba con frutillas a Kim Basinger, en la película “Nueve Semanas y Media” (1986). Pero más allá de su significación como icono de sensualidad, este pequeño fruto es una exquisitez que vale la pena incluir en la dieta esta época del año, sola o como acompañamiento de distintos postres.