Además de una hermosa vista panorámica, este refugio regla historia: allí vivió el pionero y fundador del Club Andino Bariloche, Otto Meiling.
A diferencia de los demás refugios, solo es de uso diurno. En ese rincón funcionó, a su vez, la primera fábrica de esquíes y el primer centro de esquí de Sudamérica. Construido mayormente en madera, es el refugio más cercano al centro de la ciudad y se puede acceder en auto o a pie (son unas 2 horas de caminata).
Puede visitarse la antigua vivienda de don Otto, convertida en museo, o participar del ciclo de música Sturm und Drang, que se organiza algunas noches al año.