Cuando se practica andinismo por las cumbres de la región andina se realizan excesivos gastos de calorías. Esta actividad demanda alrededor de 8.000 calorías diarias.
Hidratación y Alimentación
Teniendo en cuenta que el cuerpo va reservando energía en forma permanentemente, nuestra dieta alimenticia en altura debe proporcionarnos al menos 2.500 calorías diarias, para estar así preparados energéticamente para la actividad. De todas maneras, cabe aclarar que el exceso de alimentación no es del todo bueno. La digestión de los alimentos requiere que el cuerpo concentre muchas energías en este trabajo, efecto que puede producir sueño y/o frío en reposo y pesadez a la hora de encarar la cumbre.
Recomiendan los profesionales ingerir un mínimo de 3 litros diarios de líquidos varios, siendo 5 litros lo óptimo. Los jugos en polvo no son bien aceptados por nuestro paladar ni tampoco por el estómago, aunque son muy utilizados gracias a la practicidad que presentan. Es aconsejable variar los líquidos y sabores ya que esto ayuda a que el cuerpo los reciba más a gusto. El té, los jugos naturales concentrados y las sopas son algunos ejemplos de líquidos que funcionan bien en la montaña.
Una buena alimentación refuerza toda la técnica, preparación y equipamiento del andinista. La fuente de calorías recomendada se reparte mayormente entre glúcidos (azúcares), lípidos (de origen animal y vegetal) y proteínas. La comida debe ser fácil de digerir, agradable al gusto, fácil de transportar, no muy pesada, no muy voluminosa y de amplia variedad.
Debemos comer a un ritmo tranquilo, masticando bien y nunca en abundancia, sólo lo suficiente. Estos fueron, los consejos básicos de nutrición en la montaña para el andinista principiante.