Los fines de semana del 4 y 5 y 11 y 12 de Noviembre, se realizará la 42º edición de la Fiesta de las Colectividades Europeo-Argentinas en el predio de la Sociedad Rural, un evento tradicional en Bariloche, que año a año disfrutan miles de personas.
Datos útiles:
- Donde: Predio de la Sociedad Rural (camino al aeropuerto)
- Cuando: 4, 5, 11 y 12 de Noviembre
- Valor entrada: A confirmar
- Recomendaciones: Llevar protector solar, reposera o sillita, gorra para el sol.
Como novedad, este año se contará con un servicio de transporte charter punto a punto, que partirá desde el centro hacia la rural ida y vuelta, para que el público pueda optar por este tipo de traslado.
Este jueves se realizó la presentación del afiche alegórico de este año con el slogan “Mi Lugar, Tu lugar, Nuestro Lugar”, que fue realizado por la delegada alemana y diseñadora Barbara Schöffel.
Con la imagen, Schöffel tuvo por objetivo mostrar la esencia de esta fiesta que une a alemanes, austríacos, baskos, croatas, daneses, eslovenos, españoles, húngaros, italianos, portugueses, rusos y suizos, en un espacio común, reconociendo el entorno, el paisaje y lo que nos representa con las comidas y bebidas típicas de cada colectividad.
Larisa Beletzky, presidente de la comisión, comentó que “estamos en un contexto económico delicado, por el cual no podemos precisar aun los valores de las entradas, pero avanzamos con mucho trabajo para que pueda ser lo más accesible a todas las familias. Queremos que esta fiesta sea ese espacio de encuentro, en el cual crecimos de niños junto a nuestra ciudad”.
Por otro lado, Andrea González, vicepresidente de la comisión, indicó que “estamos avanzando en nuevas ideas y propuestas, juegos, espacios publicitarios, vamos a tener dos escenarios como el año pasado, pero pensamos organizar la fiesta de manera tal que el público sienta que ingresa a un pequeño pueblo europeo, donde las comidas, bailes, la cultura son esenciales para el disfrute de todos”.
Además, como el año pasado, estará la Escuela de Hotelería ofreciendo un despliegue gastronómico de las diversas colectividades. También, se avanza planificando junto a los grupos de bailes tradicionales, de música y juegos para el público, con una dinámica de espectáculo y sorpresas de diversas formas creativas.
Qué comer y beber
Los más de 11 stands ofrecen una variedad de comidas y bebidas típicas. En materia de comidas saladas hay para todos los gustos: tres variedades de pizza italiana, rabas, kallos a la vizkaina y tapas vascas, los cevapcici y los chorizos croatas, el gulash austríaco y húngaro, las salchichas con chucrut alemán, la paella, cazuela de mariscos, gambas al ajillo y empanadas gallegas españolas, la kranjska klobasa y los sandwiches ahumados eslovenos, bibsky, borsh o piroshok ruso, arenque dinamarqués y los panchos y tartas suizas.
Como postre una amplia variedad de tortas, tartas y strudel. Entre las bebidad típicas se puede probar la slivovica croata (licor de ciruelas), el schnaps (grapa) austríaca, la queimada española, el vino caliente esloveno, el vodka ruso, la palinka húngara y el akvavit dinamarqués. También hay buen vino y cerveza tirada.
Bailes y canciones
Como siempre buena música y un recorrido a la gastronomía de Europa. Actúan conjuntos folclóricos, con bailarines locales (unos 400) de todas las colectividades participantes y además invitados especialmente un conjunto esloveno y uno vasco.
En esta fiesta lo nuevo y lo viejo convergen: las antiguas costumbres plasmadas en música y danzas, comidas y bebidas, para disfrutar de ellas y permitir que las nuevas generaciones tomen contacto con lo tradicional y continúen transmitiendo esas manifestaciones culturales.
Un poco de historia
La Fiesta de las Colectividades nació en el marco de los festejos de la Fiesta Nacional de la Nieve. Durante el invierno de 1978, algunas colectividades emplazaron un pequeño stand en la calle Mitre, donde lucían sus trajes europeos y vendían comidas y bebidas típicas. Los stands se asemejaban a las cabañas alpinas y fueron decorados con elementos de la campiña.
Cabe recordar el que ofrecían los eslovenos, que emplazaron una réplica de su trampolín “Planika”, donde se realizaban competencias de saltos de esquí. Pese a la lluvia, el pequeño trampolín de la calle Mitre fue cubierto con nieve traída desde el cerro Otto y algunos jóvenes saltaban para deleite de turistas y locales.
La desconexión entre las colectividades terminó en una reunión que celebraron representantes italianos, españoles, alemanes, suizos, daneses y eslovenos, los cuales decidieron organizarse y preparar la próxima fiesta en conjunto.