El desafío de poner en palabras a las sensaciones, generalmente es desalentador ¿Cómo explicar que se puede contar una historia en un objeto tan pequeño o descubrir un personaje inequívoco en un gesto milimétrico? Pero toda la dificultad se disuelve cuando uno toma contacto con la producción de Jonatan Lechner.
Son pequeñísimas esculturas que reclaman inmediatamente la atención, pero que no pueden ser apreciadas por una mirada demasiado apurada. “Para acercarte tenés que meterte en ellas”, nos dice su autor, “hay que concentrarse en algo chiquito para expresar lo grande”.
Estas miniesculturas tienen un tamaño de entre 2,5 y 3 cm. Están realizadas con masa de modelar, maderas blandas y pintadas al óleo. El trabajo de luces y sombras le dá carácter a la escena, muestra el lugar de un sol imaginario o la sabiduría de un iluminador de teatro señalando el foco de lo que se está contando. Su aparente fragilidad se contradice con la realidad porque el escaso peso resulta beneficioso en el caso de caerse.
Jonatan nació en 1984 en Buenos Aires. Cuando cumplió un año sus padres se trasladaron a Bariloche donde vivieron varios años. Más tarde se mudaron Brasil, hasta que en el año 2004 Jonatan vuelve a radicarse en el mismo barrio donde pasó su infancia.
Como autodidacta comenzó con trabajos con óleos, lápiz, graffities, pero la necesidad de salir del plano único buscando las tres dimensiones le abrió paso hacia la escultura.
Hoy sus obras están en Galerías de Buenos Aires y en negocios de Bariloche. En el Festival Patagonia y Tango del año 2005 impactó con sus trabajos a los espectadores de las muestras de arte que acompañan al encuentro tanguero.
La visión de quien está ligado al arte siempre es particular. Jonatan las refiere de este modo en frases suyas y elegidas:
El arte de la vida es el artista que ella me hace.
La habilidad natural que llevo para pintar es el resultado universal de un trabajo de miles de años donde el inicio conocido fue con las piedras rupestres donde allí empezó la inquietud evolutiva de ser en ser tanto de quien crea como de quien observa. Eso me llevó a creer que el arte es algo natural de la vida y que todo ser humano nacido en este mundo lleva adentro de si.
Las tres siguientes frases explican el aprendizaje natural del arte y de la vida:
Hay que aprender a aprender y dejar de enseñar, ahí estaremos enseñando.
Uno no lleva el don de aquello, lleva el don inconciente de buscar aquello.
Ghandi: Para aquel que realiza la verdad en toda plenitud nada más le resta aprender, pues todo conocimiento está necesariamente ligado a la verdad.