Daniel Nico es un trabajador, un creador en el mundo del hierro forjado, marcado en su forma de pensar y actuar por el ambiente del taller donde creció y se formó en el oficio.
Fundamentalista del Hierro
Oriundo de Lomas de Zamora, a los 12 años de edad empezó a ayudar a su padre, quien realizaba trabajos de ornamentación de carros en el taller que tenía en su casa. “El taller estaba muy emparentado con la vida familiar. Era un lugar donde se transmitía cierta disciplina, se trataban cosas importantes. Allí se alternaba el trabajo con la charla con amigos, familiares y allegados, pero también se aprendía el arte de la forja y a la vez, pautas de vida muy claras”, recuerda Daniel.
A partir de 1971 comienza a visitar Bariloche para vender sus piezas de forja y se instala definitivamente en la ciudad tres años después, abandonando entonces la carrera de Periodismo que había iniciado en Buenos Aires. Tuvo numerosos talleres en distintos lugares de la zona: en Puerto Moreno, la laguna El Trébol y Colonia Suiza hasta que llegó a Playa Bonita, donde reside en la actualidad.
Nico ha participado activamente en la vida cultural barilochense organizando muestras y dando conferencias. Así, ha expuesto su obra junto a otros artistas locales como el dibujante Chingolo Casalla, el artista plástico José Luis Chirulo y el platero Yeye Gianelli, entre otros. En 1997 realiza la muestra “25 años forjando en Bariloche” y traslada su taller al SCUM (Salón Común de Usos Múltiples) para trabajar a la vista del público.
En el 2001, y como resultado de las premiaciones recibidas en la Feria Internacional de Artesanías que se realiza en Córdoba, es invitado a participar en la 11º Muestra Iberoamericana de Artesanía que se lleva a cabo en Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias). Recibe el tercer premio a la mejor obra denominada “chiqué” y desde entonces la misma permanece expuesta en el Museo de Artesanía Iberoamericana.
Si es linda y además sirve, mejor
Daniel Nico pertenece a una familia con tradición en la herrería: su padre y abuelo, inmigrante italiano, vivieron del oficio. Cuando el artesano local habla de su trabajo, sus ojos se iluminan, develando una profunda pasión y vocación por lo que hace. “El taller artesanal –explica- es un lugar físico que te marca mucho una forma de trabajar. El artesano participa en todo el proceso de la obra, lo que no pasa en el trabajo manufacturado, que es en serie y segmentado. El maestro te enseña a aprehender y cada uno desarrolla su impronta”.
De chico confiesa haber sido un “fundamentalista del hierro” pues solo caldeaba el material. Luego se dio cuenta de que sus piezas tenían mucho valor creativo en el proceso artesanal pero no en la terminación. Pasó entonces a usar una autógena en su trabajo, además de la fragua, que le permite dirigir el fuego y lograr así detalles en el hierro sin necesidad de recurrir a soldaduras, abrazaderas o remaches.
El herrero comenta haber llegado a una etapa de síntesis en su obra, la cual abarca una gran variedad de piezas utilitarias como lámparas, candelabros, ceniceros, mesas y rejas que dan cuenta de un trabajo muy cuidadoso. “Si es una figura plana y además es un perchero… si es linda y sirve, mejor”, sostiene Nico. “Las piezas que hago, por ahora, tienen que ser útiles”, concluye.
hola sr Daniel lo felicito por su proyecto de vida !!! mi nombre es Eliu yzaguirre de merida venezuela yo soy forjador autodidacta tengo trabajando 18 años trabajando la forja de manera artesanal vivo del oficio me gustaria si es posible que usted viera mi trabajo gracias .