En El Gringo, a 18 kilómetros de Comallo, en el corazón de la meseta patagónica rionegrina, 110 kilómetros al este de Bariloche por la polvorienta y descuidada ruta 23 se encontraron más de diez fósiles del cenozoico.
Con pinceles, puntas y escalpelos, dos paleontólogos escarban en torno de la placa de un caparazón con dibujos romboidales. Es el vestigio de un gliptodonte, ancestro de las mulitas o peludos que vivió en la Tierra hace 10 millones de años.
A unos 20 metros de distancia, los mismos científicos excavan alrededor de una mandíbula con dientes extraños, de otro animal de la misma época. Caminan unos tres kilómetros hacia un reservorio de dientes y huesos de roedores de hace 30 millones de años.Y a otros dos kilómetros de allí se arremolinan en torno de dos maxilares del mismo cráneo, de medio metro de largo, con dientes de diez centímetros, posiblemente de un toxodonte, que en el dibujo de un libro aparece como una especie de oso muy fornido. Los especialistas dicen con entusiasmo que el lugar es un “paraíso del cenozoico” y explican que por su variedad es el hallazgo de esa época más importante de la provincia de Río Negro.
Hasta allí llegó un grupo de periodistas convocados por Carlos Muñoz, director del Museo Carlos Ameghino de Cipolletti, y la paleontóloga Raquel Roa, de la Dirección de Cultura de Río Negro. Convocados por Jasmín Bresniek, el humilde propietario del campo, los expertos se sorprendieron con el primer relevamiento del lugar en el que el poblador tiene identificados once sitios con distintos fósiles. Los expertos Roa y Muñoz elogiaron el entusiasmo de Jasmín y le dieron la custodia oficial de los hallazgos de su campo, trámite habilitado por el director de Cultura rionegrino, Elmer Calvo, que se ajusta a los criterios de la ley provincial 3041/96 y la nacional 9080, referidos a la preservación del patrimonio paleontológico y arqueológico del suelo argentino.
A duras penas pudo Jasmín contener su emoción en la cocina de su rancho, donde se realizó el acto de nombramiento, que se transformó en una improvisada conferencia de prensa y epílogo de una recorrida que duró toda la jornada. Parte de la experiencia fue compartida por Walter Fernández, profesor de historia del Ente para el Desarrollo de la Región Sur rionegrina, que está trabajando en un programa de capacitación para jóvenes pobladores de la meseta a fin de que trabajen como guías de turismo en estos lugares.
El primero de los fósiles pertenece a un gliptodonte, del tipo cingulata. Era un animal herbívoro, pero también carroñero, que tenía hasta dos metros de largo y pastoreaba en el área de sabanas y lagunas que había en el lugar en la época del terciario medio a superior. Además de las placas del caparazón, hay también algunos huesos. “A estos les dicen desdentados, por los pocos dientes que tenían. Algunos molares y rara vez incisivos”, agrega. Se trata del segundo registro de una especie así en Río Negro. A lo largo de todo el paseo siguen apareciendo restos de caparazones, dientes negros grandes y otros marmolados muy pequeños, huesos de dedos, fémures y húmeros. También en la casa de Jasmín hay una buena variedad de fósiles, algunos de los cuales fueron rescatados de las garras de saqueadores que intentaron incursionar en el campo.
La riqueza de los hallazgos contrasta con la pobreza de recursos para conservarlos y mostrarlos. Mientras que los paleontólogos se imaginan funcionando en el lugar un espléndido museo, también reconocen que las carencias de la provincia y del propio Jasmín ponen ese sueño a demasiada distancia. Estos mismos investigadores participaron del hallazgo del Argentinosaurus, de Neuquén, de 40 toneladas, en Plaza Huincul, y del Giganotosaurus, de El Chocón, Neuquén. Pero en estos días lo que los tiene más entusiasmados es un saurópodo que vivió hace 95 millones de años, hallazgo de La Buitrera, cerca de General Roca, denunciado por un poblador en 1999. De a poco separaron una por una las vértebras cervicales de más de un metro de largo que formaban parte de un cuello de 20 metros de largo, en un animal de 40 metros.