A solo 30 km hacia el este de la ciudad de Bariloche, asfaltado hasta el aeropuerto y ripio el resto del camino se encuentra el Cerro La Buitrera.
En esta zona la estepa se manifiesta a pleno, con sus llanuras de vegetación seca y achaparrada, profundos cañadones y curiosas formaciones rocosas como las que apreciamos en La Buitrera.
En este cerro de unos 1600 m.s.m podemos observar formaciones de piedra donde la erosión del agua y el viento han formado agujeros naturales, los cuales sirven de “dormitorios” a las magníficas aves que son los cóndores.
El cóndor es un animal imponente. Sus alas desplegadas alcanzan una longitud de tres metros. Es capaz de volar a más de 5000 metros de altura.
En el cerro La Buitrera descansan los cóndores. Allí no anidan, sino que se trata de un lugar donde se posan. La costumbre popular hizo que este cerro se llame La Buitrera, aunque en realidad sus inquilinos sean cóndores.
“Los nidos los tienen en Mallín Manzano, a unos 50 kilómetros en línea recta desde aquí, o en las grietas de las piedras volcánicas del Valle Encantado”, explica Juan José Arena, empleado de la estancia El Desafío, donde se encuentra el cerro-. Hay días que en este paredón hay 100 o 120 cóndores.
En peligro de Extinción
La prinicpal causa de la extinción del cóndor andino es la falta de conocimiento de sus hábitos. Por una errónea creencia de que el cóndor es un cazador, es asesinado por los ganaderos, cuando en realidad es estrictamente carroñero. Y cumple un invalorable papel: es una suerte de basurero natural del ecosistema, ya que limpia los campos y permite que otras aves más pequeñas puedan alimentarse de las sobras que el cóndor no come.
El choque con cables de alta tensión o la caza furtiva también tuvieron su cuota para que esta especie esté amenazada de extinción. Todas causas exclusivamente humanas. Para remediar estas pérdidas existe el Programa Binacional de Conservación Cóndor Andino.
Este programa reúne al Zoológico de Buenos Aires, a la Fundación Temaikén, a la Fundación Bioandina de la Argentina y a la Unión de Ornitólogos de Chile.