Se trata de una ceremonia consistente en la cocción de los alimentos por medio del calor de piedras bochas, colocadas en un pozo cavado en la tierra.
Los pioneros de “Colonia Suiza”
Los colonos suizos se asentaron en esta zona de la cordillera, a pocos km de lo que ahora es la ciudad de Bariloche, a fines del siglo pasado. Sus vidas fueron de campesinos y dieron actividad y movimiento a toda esta parte de la región. La mayor parte de estos inmigrantes llegó a Chile y más tarde cruzó la cordillera hasta aquí. Muy pocos llegaron desde Buenos Aires, uno fue Eduardo Goye, padre de Emilio Goye, pionero del curanto comercial.
Cómo se prepara?
Se cava un hoyo en la tierra, de 15 cm de profundidad (cuya superficie depende de la cantidad de personas), dentro del cual se colocan piedras bochas (típica de los lagos sureños) que se calientan a rojo vivo en una hoguera. Sobre estas piedras se pone un colchón de hojas de nalca o maqui, y sobre éstas todos los ingredientes : carne de vaca, de cordero, de cerdo, pollos, chorizos, papas, batatas, manzanas y zapallos ahuecados rellenos con queso, crema y arvejas. Se vuelve a tapar todo con hojas, sobre las que se colocan lienzos húmedos para que no se pierda el calor y se cubre todo con abundante tierra, convirtiéndose de esta manera en un verdadero horno a presión.
Cuando la cocción está lista comienzan a surgir de la tierra hilitos de humo. Al destapar el curanto vemos brotar todos los alimentos perfectamente cocidos por el calor de las piedras.