En la Patagonia la temporada de pesca se desarrolla entre mediados de Noviembre y mediados de Abril.
Fly Casting
La pesca con mosca o fly casting requiere de una habilidad específica, ya sea para el lanzamiento del señuelo como para su preparación. El señuelo se llama mosca, porque imita a los insectos de que se alimentan los peces. Con plumas, hilos, pelos de animales y partes de metal, se atan moscas de muy diversas formas y colores, siempre sobre un anzuelo simple.
El atado de moscas es un arte en sí mismo. Cada una de ellas recibe un nombre, conferido por su creador. Existen moscas que trabajan sumergidas, las húmedas, y moscas que flotan sobre la superficie, secas. A menudo los mosqueros arman sus propios señuelos y existen escuelas y cursos para el atado de moscas, así como también de lanzamiento.
La mosca es un señuelo artificial con un peso poco significativo. Por ello, para poder ser lanzada, se ha debido dar peso a la línea de mosca, antes denominado cola de ratón. Su grosor varía en su extensión: es más grueso en el primer tramo, a fin de facilitar el lanzamiento. En su extremo anterior se ata un leader, tramo de nylon transparente cuyo diámetro también es diferente en los dos extremos: en la parte más gruesa se une la línea de mosca y en la parte más delgada se anuda el tippet, para luego en éste atar la mosca.
Par el acto del lanzamiento, el pescador se interna en el agua y necesita disponer de espacio suficiente por delante y por detrás. Cuando no se dispone de este espacio, es necesario pone en práctica lanzamientos especiales a fin de lograr el objetivo.
Asociación Argentina de Pesca con Mosca
Es una institución sin fines de lucro, fundada en 1974 para difundir la pesca con mosca y mejorar la calidad y cantidad de la pesca en los ambientes en que se practica. Organiza cursos, conferencias y clínicas. Pesca y devolución fue un concepto propuesto por primera vez en nuestro país por la Asociación, y su difusión ha demostrado revertir el proceso de deterioro de la pesca en los ambientes en que se aplica.
Floating Tub
Le llaman “el egoísta”, pero más allá de reflejar algún aspecto de sus usuarios, es un excelente auxiliar del pescador deportivo que gana adeptos en los lagos cordilleranos.
El belly-boat no es más que una cámara de gran rodado, adaptada con un arnés para recibir en el interior a una persona, como si fuera un andador. De este modo, se puede llegar flotando a cualquier lugar, principalmente cuando en la costa no se tienen varios metros a la espalda para moverse con soltura. En esos casos, la única alternativa es meterse al agua con waders, o flotar.
Muchos lo prefieren a cualquier tipo de bote, por ser más silencioso y maniobrable. Además, se hace un poco más de ejercicio, ya que el pescador debe impulsarse utilizando patas de ranas que se adaptan a las botas del wader. Y puede ser llevado en la espalda, como una mochila, hasta el lugar elegido para la pesca. Con el correr del tiempo, las marcas han ido compitiendo en agregar pequeños detalles para hacer más agradable las largas horas de costeo en el agua.
Hoy es posible encontrar sofisticados elementos, como apoyabrazos, cabecera, red frontal para recoger la línea, infinidad de bolsillos… y hasta lugares donde dejar atada, sumergida en el agua fresca, una reparadora latita de cerveza.
Los precios de los modelos más estándar van desde los 190 pesos a los 300, pero también es posible encontrar modelos más desarrollados como el que asemeja un catamarán, que supera los 600 dólares, con dos tubos rectos laterales, unidos por una estructura de aluminio, remos y hasta una regla a mano para hincharse de orgullo al cobrar las piezas.
El floating-tub es considerado por la mayoría de los mosqueros como el mejor medio de transporte en los lagos y los que lo han experimentado saben de su gran utilidad. Principalmente en la zona de la cuenca del río Manso, el belly-boat demuestra su eficacia cuando se trata de llegar a las costas con pajonales que suelen poblar los bajíos y pequeñas ensenadas de los lagos de la región.
Es ideal para las bahías y playas bajas de lagos como el Hess, el Martín, el Fonk, el Roca o el Mascardi, como la que se encuentra en este último, al costado de la ruta 258, poco antes del cruce al cerro Tronador, a unos 40 kilómetros al sur de Bariloche.