Cien kilómetros al Sur, cien kilómetros al Norte, o caminando por las calles, en Noviembre Bariloche despliega un escenario mágico.
Ahora que los días son notablemente más largos y las temperaturas ascienden prediciendo el Verano, simplemente con una tarde prolongada se puede hacer un paseo con la seguridad de conectarse con la maravillosa naturaleza de la región en donde el ciclo de la renovación es evidente mientras todavía está enmarcado con montañas nevadas.
Un viaje a El Bolsón por la Ruta 258, bordeando los lagos Gutiérrez, Mascardi y el Guillelmo, para llegar a la comarca y sorprenderse con el clima más cálido que nos muestra gran cantidad de flores. La Feria de El Bolsón atrae a turistas y vecinos con productos artesanales generalmente de muy buena calidad y una interesante oferta de gastronomía local para saborear mientras se camina. Con unos kilómetros más se llega a Lago Puelo, donde la naturaleza en esta época está preservada y es dominio de aves y de pájaros.
Hacia el norte las posibilidades son variadas. La salida por la Ruta 237 es puerta de entrada a la Ruta 23 con la visión de la estepa patagónica, un horizonte diferente y un encanto especial. En el cruce de estas dos rutas existe un mercado de productores de lo que se denomina Linea Sur: un rosario de pueblos que viven de los frutos de sus tierras. Más adelante está el cruce con la Ruta 231 que lleva a Villa La Angostura, y se sigue por el mismo camino cada curva va a abrir a un paisaje monumental. El Anfiteatro, el Bosque Encantado, el Río Limay con muchísima agua debido a los deshielos de la temporada.
Cuando se llega a Confluencia está la opción de ir hasta el Lago Traful y visitar su coqueta ciudad. Antes de llegar a Traful es muy recomendable distraerse con el Río Cuyín Manzano, donde el verde esmeralda de sus aguas sólo es comparable con la belleza de las altas montañas cargadas de vegetación.
Saliendo de Traful el camino serpentea bosques iluminados tenuemente por los rayos del sol a través de las ramas. Llegando a la bifurcación se puede optar por ir hacia San Martín de los Andes o hacia Villa La Angostura. Si la elección recae en esta última, la invitación es a admirar la secuencia de lagos y observar las características diferentes que han desarrollado las distintas ciudades. Un paseo hacia la Angostura para llegar a la Península de Quetrihué es la ocasión para una caminata hermosísima y para planear llegar hasta el Bosque de Arrayanes, tal vez en una bicicleta alquilada o simplemente caminando, dejando atrás el Puerto de donde parten los paseos lacustres.
Estos itinerarios se pueden realizar en auto o en bicicleta (para los más deportistas) pero si las posibilidades son otras, simplemente caminando por la ciudad, admirando la vegetación urbana y husmeando algún jardín privado la sensación de habitar el Paraíso quedará reproducida.
Marta Carbonero para Bariloche.Org
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