Un día de pesca en el Nahuel Huapi

El reloj marcó las 13 hrs. en el Club Náutico. El sol se hacía sentir y una leve brisa acariciaba nuestros entusiasmados rostros: las condiciones estaban dadas para que fuera un día perfecto. Salimos en un bote semirígido, dirigido por el guía profesional, hacia la conquista de truchas.

Mientras nos desplazábamos por el Lago Nahuel Huapi en dirección al centro de la ciudad de San Carlos de Bariloche, el guía nos dio una clase sobre pesca. He aquí algunos datos interesantes:

Modalidades de Pesca

– En la zona existen tres modalidades de pesca principales: La mayoría de la gente que viene a la zona de la Patagonia practica la pesca con mosca; el spinning se practica en las costas de lagos y ríos; y la pesca embarcada o trolling es más familiar ya que conjuga un paseo con la pesca.
– La pesca embarcada se puede practicar de tres formas diferentes: con línea de profundidad, Down Rigger y línea de superficie. Con esta última es más difícil pescar en esta época debido a las altas temperaturas del agua.

La línea de profundidad contiene plomo. La regla es que cada 10 metros de línea, se sumerge 1 metro de profundidad. En esta salida se largaron 140 metros de línea, lo cual en teoría serían 14 metros de profundidad. En teoría, ya que la deriva producida por el empuje del bote hace que la línea se encuentre en realidad a 8 o 9 metros de profundidad.

El equipo Down Rigger es muy deportivo puesto que la caña, la línea, y el ril son muy livianos. La línea se sujeta a un clip y éste a una plomada que permite que la línea se encuentre a gran profundidad. En el momento que la trucha pica, el clip se suelta, se libera la plomada y queda la línea suelta para pelear la trucha. En esta ocasión, la línea se encontraba a 20 metros de profundidad.

– En la zona se pescan especies pertenecientes a la familia de los salmónidos. Lo más usual es pescar truchas arco iris y marrón. La especie Fontinalis se consigue en superficie y cerca de la salida de los ríos, por lo cual es más difícil capturarla mediante la modalidad trolling ya que existe una reglamentación que impide a los botes acercarse a más de 500 metros de la costa y la salida de ríos. La fontinalis tiene una carne muy rojiza y muchos amantes de la trucha la consideran como la especie más sabrosa de todas. También se puede pescar perca pero es más difícil ya que es un pez rastrero.

– A diferencia de la trucha arco iris, especie muy voraz, la marrón es generalmente de mayor tamaño por lo cual sus movimientos son más lentos pero más potentes. El pique de una u otra se distingue muy rápidamente ya que la marrón pega un salto muy grande fuera del agua, luego se sumerge y no se la ve hasta que no está al lado del bote. Su tirón es constante y pesado. En el caso de la arco iris, el tirón es más corto en duración pero es permanente. Se estresa mucho más rápido, por lo cual lucha más en la superficie. Esta especie de trucha debe ser liberada enseguida porque el ácido láctico que emana la debilita.

– La temporada de pesca se extiende desde el primero de noviembre hasta el primero de mayo. En la zona del Lago Moreno y la laguna de Alicura se puede continuar la pesca pero con devolución obligatoria.

Fabio y el ejemplar de 6kg.

La charla se prolongó largamente y las truchas no daban señal de presencia. A comienzos de esta temporada el promedio de piques por bote era de dos por hora y las piezas que se obtenían pesaban en promedio 2,5 kgs. La suerte parecía haber cambiado, hasta que de golpe nuestro guía gritó “¡PIQUE!”. El turista de Puerto Madryn, Fabio Sanz, tomó la caña y empezó a juntar la línea. Luego de unos minutos de gran excitación, sacó una trucha de nada más y nada menos que 6 kilos: un verdadero ejemplar para su especie.

Como cocinar una Trucha

Una exquisita manera de preparar una trucha es a la manteca negra con alcaparras, combinación que permite saborear intensamente el gusto de la carne. Para conseguir la manteca negra es necesario poner a hervir un pan de manteca. Al primer hervor se forma una espuma que decanta y adopta un color marrón. Retirar la manteca de la hornalla y verter un poco de vinagre de vino. Volver a poner la mezcla al fuego y agregar alcaparras.
Filetear una trucha, sacar el espinazo y las espinas con una pinza. Verter un poco de agua en una bandeja y colocar la trucha. Condimentarla a gusto y/o con jugo de limón. Llevar la bandeja al horno. Una vez que esté cocida, servirla con la salsa y acompañada de papas hervidas con perejil.

Otra alternativa es prepararla con hongos secos de la zona: Poner a hervir los hongos en leche. Al primer hervor se forma una espuma con la tierra que queda de los mismos; sacarla y seguir hirviendo los hongos. Agregar un par de dientes de ajo, unas gotas de oporto, crema de leche y leche mezclada con maicena (esto último para espesar un poco la salsa). El secreto de la preparación es añadir un caldito de carne. Cocinar la trucha en el horno y una vez cocida, verter la salsa y servir.

En el caso de ejemplares pequeños se puede cocinar la trucha hervida. Al contrario de lo que se piensa, la carne hervida conserva el sabor tan particular que caracteriza a este pez. Abrir la trucha, sacar el estómago y cortarla al medio. Hervir las partes separadas ya que tienen distinto tiempo de cocción. Sacar la piel y servirla con una salsa o limón.

Ana Pedrazzini para Bariloche.Org