Nació en Buenos Aires el 6 de agosto del 73, es diseñador gráfico egresado de la Universidad de Buenos Aires, allí fue docente y Jefe de Trabajos prácticos de Diseño.
Comenzó como ilustrador en el diario Clarín en 1998 donde además trabajó como diseñador, realizando tapas de suplementos para más de 300 ediciones. Sus ilustraciones se publican además en Los diarios La Voz de Galicia y El Diario de León (España), La Nación de Costa Rica, The Wall Street Journal, The New York Times y The Times (Inglaterra). Regularmente realiza trabajos ad honorem para Abuelas de Plaza de mayo y otras instituciones. Escribe los textos de sus libros. Actualmente trabaja desde Bariloche para Argentina, Alemania, EEUU, Inglaterra, Australia, España, Brasil y Japón.
Algunas de sus Ilustraciones
No intenta aislarse del resto del mundo -viaja muy seguido a distintos puntos del planeta-, pero se queda tranquilo por aquí. Y cuando se le piden algunos adjetivos para acompañar su sentir de la ciudad, dispara sin apuro:
“Bariloche es seco, contundente, duro, directo. Me gusta, yo también soy así”.
El tema de la identidad es central en todos sus trabajos, un eje dedicado tanto a mostrar lo argentino como lo barilochense: por ejemplo, hace unos años, ilustró un almanaque editado por la municipalidad de Bariloche, pleno de imágenes de casas antiguas. “Intentamos un rescate del patrimonio histórico, que está amenazado por la especulación y los negocios con el valor de la propiedades. Fue una manera artística de registrar un proceso”.
Pablo Bernasconi crea un universo no lineal, con su imagen partitura, compone un mensaje incompleto, retazos de un discurso cargado de guiños e implicaturas que el lector, su cómplice, completa y reorganiza, introduciendo en la imagen lo que no está, lo que prolijamente el ilustrador ha ocultado.
– “Creo que hay que hacer un rescate de la identidad. Por eso los libros que he publicado afuera llevan lo argentino, no solamente en pequeñas inscripciones, o escarapelas o banderitas, lo llevan en ese ir para adelante a pesar de la adversidad, o en emprender caminos casi imposibles… Afuera se sorprenden incluso de mi forma de trabajar: saco las fotos, pinto, escaneo, edito, diseño el libro, lo armo, lo salgo a vender… hago todo, pero los tipos no lo pueden creer. Así somos los argentinos.”
Entonces, se levanta de la mesa y trae su libro del Capitán Arsenio, y ya desde la tapa se visualiza la carga de argentinidad: aplicando el “lo atamo con alambre”, Arsenio busca la gloria de volar, y lo enuncia directo y convencido: “Voy a lograr lo que la humanidad ha soñado por siglos: crearé la máquina de volar.” En este libro, la identidad argentina se nutre también de la propia historia de Pablo: tanto él como su padre son pilotos.
– “Todo lo que hago es conceptual siempre, me propongo que siempre mis realizaciones digan algo o propongan algo”. A pesar de vivir en Bariloche, en sus libros no aparecen mucho los típicos paisajes de la zona: “Trabajo con la retórica, y eso en los paisajes no lo veo. Sí me sirve por ejemplo la arquitectura, porque me gusta mostrar los encuentros de mundos, esos diálogos que se repiten en mis dibujos, entre cosas distintas que al juntarse están diciendo algo nuevo…”
En Excesos y Exageraciones (rasgos bien argentinos), Bariloche tiene sus capítulos específicos: “Pobres Ricos” y “El monstruo del lago”. El monstruo es, por supuesto, Nahuelito. ¡Pero en versión Bernasconi! Pablo busca la página correspondiente y muestra la ilustración:
Con cuidado, se despega de la calificación de artista. No por rechazo a los artistas ni falsa modestia, sino porque distingue una diferencia que lo guía en su trabajo: “No me considero artista, para los artistas la expresión supera a la comunicación, pasa a segundo plano la manera en que el público entienda la obra. Incluso cuando el público no entiende o entiende algo distinto a lo sentido por el artista, quizá no hay problema. Yo en cambio me intereso en comunicar lo más claro posible un mensaje determinado, a punto tal de dejar de lado variantes expresivas si veo que no colaboran con lo que quiero decir. Lo primero que me interesa es que la gente entienda lo que escribí o dibujé.” Presionado a definirse entonces por una palabra que no sea artista, Pablo simplifica: “soy autor”.
Plenamente consciente del mundo fragmentado y fragmentador en el que vive, mundo vorágine, vertiginoso incluso en Bariloche, por lo globalizado, mundo alienador, Bernasconi convive y recrea. “Una mitad mía está metida en eso, en ese mundo, y otra mitad mía está perfectamente concentrada en lo que hago. Recibo y proceso, lo que me llega lo voy devolviendo en expresión… Si no, creo que me mataría… ¡tengo el mejor trabajo del mundo! Me gano la vida haciendo dibujitos…”
muy buena biografía me encantan los dibujos de Pablo Bernasconi y sus cuentos también. Saludos
Gran autor, se necesita más gente como Bernasconi, ídolo de grandes y chicos en Bariloche y el país, orgullos argentino.
También es un orgullo saber que estudió en una universidad nuestra….
Un orgullo para los que conocemos su obra.
Un AUTOR destacado de nuestra querida Bariloche.
Por más EXITOS