La magia del Verano en Bariloche es difícil de olvidar. Tanto turistas como residentes lo vibran en la piel, en los encuentros. Conoce algunas de sus playas.
Los veranos en Bariloche son siempre lindos, y tanto turistas como residentes lo vibran en la piel, en los ojos, en los encuentros.
Pensar en este verano es, antes que nada, volar a las playas. Estos son algunos ejemplos:
Playa Bonita (kilómetro 7 de Avenida Bustillo): lejanamente, lo más parecido a las playas turísticas de la costa atlántica argentina, en cuanto a cantidad de gente, jóvenes, colorido. Lejanamente, decimos, porque preferimos mil veces esta opción, sin tantas aglomeraciones, sin música estridente atronando los oídos todo el tiempo, con el agua transparente y dulce…
Melipal (Bustillo kilómetro 4): Una playa muy de picnic y bronceados… amplia, rocosa, con sus distintas zonas, algunas calientes al sol, otras reparadas entre los árboles… también elegida por súbitos pescadores que se animan a probar suerte en las mañanas.
Bahía Serena (kilómetro 12 de Av. Bustillo) : Muy serena, muy familiar, muy del barrio, muy hermosa. Se trata de una pequeña bahía que garantiza dos aspectos fundamentales para algunos: La poca profundidad, así los niños juegan tranquilos; y –también gracias a la poca profundidad y escasas olas- una temperatura templada del agua, ya que el Nahuel Huapi nos tiene acostumbrados a cierto fresco, que en este caso –y sobre todo en este verano tan hermoso- se supera sin dificultad.
Y hay muchas, muchas más… hay que recorrerlas, y elegir: Sobre el Lago Nahuel Huapi, sobre el Lago Moreno, sobre el Lago Gutiérrez, o el Mascardi, o el Guillelmo… ¿Cual es la que más te gusta? Dejanos tu comentario!
El centro
Este verano cambió el centro de Bariloche: los bares pudieron cumplir su sueño de sacar las mesas a la vereda, y pudimos disfrutar al aire libre ese trago, ese almuerzo, esa reunión de amigos…
Los campings
Verano a puro camping! Las carpas se armaron por todas partes. Los fogones pudieron durar hasta muy tarde, las caminatas nocturnas a la luz de la luna, o los asados improvisados a cualquier hora, las charlas de grupo a grupo, vida de comunidad en vacaciones…
Los refugios
Capítulo de oro para los refugios de montaña. Y en aquellos más privilegiados, como Laguna negra, Frey o Jacob, que tienen una laguna mágica a su lado, los chapuzones fueron inolvidables.
Y todavía nos falta hablar más del bosque, los ríos, las noches, los espectáculos al aire libre, las tardes de navegación en los lagos, la noche del eclipse, los calores de las oficinas… la seguimos en la próxima, daikiri en mano. O cerveza artesanal en mano. O jugo de sauco en mano. 😉